No os penséis que me voy de rositas cuando, como la semana pasada, falto a mi cita bloguera, no. Ahí está mi madre, rodillo en mano, para recordarme mis obligaciones, ¡menuda es ella!
En mi oficina es de sobra conocida porque indefectiblemente cada miércoles en que no hay post suena un teléfono. Es ella. Ella llamando a eso tan antiguo que denominamos «el fijo» para comprobar si estoy en mi puesto de trabajo. Si es así, no estoy enferma, y si no estoy enferma… ¿¿¿¿por qué diantres no he escrito el post????
Así son las cosas, amigos. Cuando le digo que estoy bien, que los niños también y que simplemente no me ha dado tiempo, me pregunta: «¿Pero qué haces por las tardes?».
No me gusta confesarle que los baños diarios en leche de burra ocupan gran parte de mi inacabable tiempo de asueto y relax y que luego si masaje por aquí, peeling por allá, manicura tailandesa de meñiques, pedicura ultra posh, retoque de mechas, atelier de temporada… En fin, que un día voy a cansarme de tanto ocio intrascendente.
No entiendo a las mujeres que pasan la tarde corriendo sin parar del colegio a las extraescolares parando entre medias en la frutería y la tintorería para una vez en casa hacer la cena mientras corrigen los deberes e intentan poner el mínimo orden entre la prole.
Yo no. Yo soy distinta…
¡Ja!
Bueno, para mi madre, visto lo visto, sí. Si fuera por ella, yo ya sería ministra, viceministra y presidenta del Gobierno, y con todos los honores, porque cada vez que hay un nombramiento, mi progenitora aprieta los dientes y dice: «Ahí tenías que estar tú».
No está mal eso de que tus padres crean en ti, no, pero todo tiene un límite, mamá. Y entre esas cosas, las 24 horas que, sí o sí, tiene cada día y que a mí me cunden tan poco. ¿Cómo lo haría Cleopatra?
Así que, queridos míos, si una semanita no aparezco, perdonadme, es que no me llega el tiempo o no me responde la cabeza, que todo puede pasar. Que ha sido cumplir 43 y declararse mis neuronas en rebeldía cual caracol en mitad de un maratón.
Mamá, ponlas firmes y a trabajar. Pero a la voz de ya. Como tú sabes.
Terry Gragera
@terrygragera
Comentarios recientes